1 El ladrillo no traiciona
Hernán Oppel, director de inmobiliaria que lleva su nombre, considera que, en épocas como esta, el ladrillo demostró ser la mejor inversión.
«Los inmuebles deben evaluarse según el costo de su reposición, es decir que son el resultado de por lo menos dos variables muy fuertes: el costo de la tierra, un bien escaso por su ubicación; y el costo de construcción, compuesto por la mano de obra y el valor de los materiales».
2 Aprovechar el momento
Para Oppel, resulta fundamental descubrir la oportunidad del momento.
«En periodos de gran actividad no se encuentra mucha oferta debido a la gran demanda existente, y uno compra lo que más le cierra, más como refugio de inversión que por satisfacer su necesidad real. En momentos de mercado como este, donde la menor demanda genera mayor y más competencia en la oferta, es un muy buen momento para comprar, se pueda elegir mejor«.
Marcelo Di Mitrio, de Di Mitrio Propiedades, recomienda «sin dudas» comprar.
«Las crisis son tiempos de oportunidad sólo para quienes tienen la capacidad de advertirlas. Sin embargo, respecto a los inmuebles como refugio de capital, el empresario es cauteloso. «Todo depende del intervalo temporal que se considere. En el largo plazo, los inmuebles demostraron sortear todas las crisis que presentó nuestra economía desde comienzo de los ’80 a la fecha, revalorizando su cotización en dólares. En el corto plazo, la evolución de los activos inmobiliarios puede presentar movimientos hacia la baja, tal como ocurre hoy en el mercado de los usados».
Ezequiel Chomer, CFO (Chief financial officer) de Grupo Chomer, compañía desarrolladora que recientemente presentó Selene Libertador en La Lucila, considera al ladrillo como una buena inversión, pero «depende del tipo de producto a comprar y la zona». Para el directivo, en el contexto actual «hay que ser más cuidadosos que antes ya que cada propiedad responde distinto».
3 Las preguntas clave
Según Chomer «hay que pensar como en cualquier otra inversión. ¿Qué panorama vemos para los próximos años? ¿Habrá mayor demanda de viviendas? ¿Mayor turismo receptivo? ¿Mejores rentabilidades en el campo, en la industria, en las empresas de servicios? Si uno logra responderse estas preguntas es más fácil dirigir la inversión inmobiliaria hacia viviendas, locales u oficinas. También hay que prestar atención a los cambios de regulación. Por ejemplo, con el nuevo código de edificación de CABA, será casi imposible construir nuevas torres. Tiene sentido aprovechar a comprar departamentos en torres nuevas o usadas ya que se convertirán en un bien escaso».
4 En qué invertir
Puebla recomienda evaluar el tipo de operación en base al monto de inversión que se tenga. «En un monto de entre US$ 20.000 y US$ 30.000, recomiendo la compra de cocheras en zonas de alta densidad ya que estas inversiones generan una buena renta y le permite a un pequeño inversor acceder a un bien inmueble y de rápida realización a la hora de venderlo».
En línea con esto, el empresario recuerda. «Nuestros padres nos educaron para tener el techo propio, pero yo creo que hoy debemos repensar todo de nuevo ya que para un joven con capacidad de ahorro y con una vida por delante, las pequeñas unidades de negocio le permiten hacerse de una renta para vivir en el lugar que más le guste sin el peso de la casa propia».
Según Chomer, hoy se encuentra valor en los productos premium, ya que su target está más disociado de las crisis económicas y también en productos asociados a un contexto de dólar alto.
5 Qué esperar
En relación con la inversión y los tiempos, para Chomer el mercado inmobiliario no puede pensarse con seriedad «para un pase de manos».
«’Esto se da sólo para quienes están en el rubro. El ciclo es otro, comprar en pozo para vender cuando está terminado es una estrategia común que suele dar resultado ya que uno toma el riesgodel éxito del negocio en sí, logrando un diferencial de punta a punta de un 30% por lo menos. En el usado esa estrategia sólo suele servir si uno compra a refaccionar y vende reciclado, pero por lo general el ciclo debe ser medido en no menos de 5 años. Lo que debe responderse, antes de invertir, es por qué creo que este inmueble subirá de valor en ese plazo».
Extracto de Nota El Clarín 30/08/2018