Fideicomisos Inmobiliarios en Pozo
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Los fideicomisos inmobiliarios en pozo se convirtieron en una utilidad clave en el mercado de las urbanizaciones cerradas.
Ya hace unos años es el marco más usado para la comercialización de nuevos proyectos inmobiliarios como ejemplo la venta de departamentos financiados en pozo, inclinación que sigue vigente y hoy todavía es una atrayente alternativa para invertir en ladrillos, por supuesto, si se lleva a cabo con responsabilidad.
Un fideicomiso es el marco jurídico del negocio inmobiliario; o séa, es el contrato en el que se definen el grupo de derechos y obligaciones de los fiduciantes (inversores), el fiduciario (administrador) y demás competidores del emprendimiento.
El fiduciario es quien administra el fideicomiso con el propósito de crear un emprendimiento y entregarlo a los compradores. Uno de los más importantes atractivos de los fideicomisos es que guarda algunas virtudes frente a las sociedades anónimas.
Dentro de los fideicomisos inmobiliarios en salta se sumaron distintos formatos que refieren a la forma de pago como «al valor» que supone que el valor final de adquisición es dependiente de manera directa del valor de creación del vecindario. Además se los llama «a valor concertado», «a valor cierto» o «a precio fijo».
Es un instrumento muy correspondiente para asegurar los bienes damnificados a un emprendimiento.
Los inversores no tienen que dejar de ver y investigar el negocio en su integridad, en particular, en los consorcios al valor, dado que el resultado barato del negocio no lo puede asegurar ningún paraguas legal por especial que sea.
Por eso es primordial que se analice la seguridad que inspire el fiduciario, dado que en tiempos de escasa venta los plazos se alargan y tienen la posibilidad de provocar incomodidad en los inversores. Si el agente fiduciario ha cumplido con anterioridad, indudablemente va a encontrar el sendero para llevarlo a cabo otra vez.
Un apunte para tomar en cuenta es que si el gestor no obra como corresponde, se lo puede eliminar. se lo reemplaza por medio de una asamblea de beneficiarios, y se busca otro gestor, sin enormes inconvenientes y costos legales. Es sustancial ubicar a un gestor fiduciario, con vivencia en este negocio.
“Algo sustancial además es sostener las cuentas visibles de adelanto de obra, pagos de capital”.
En el mercado hay numerosas voces críticas hacia el sistema de fideicomiso. Los compradores no tienen que asumir peligros que desconocen ni manejan; estos peligros los tienen que asumir los programadores e inversores en el instrumento societario.
Además frecuentemente los usuarios creen que compran un lote cuando de todos modos lo que compran es un concepto y asumen todos los peligros, desde el valor final, y hasta algunas veces las aprobaciones.
Antes de cada lanzamiento, la firma confecciona el presupuesto que aparece del valor de la tierra, del valor de la obra y de los honorarios expertos. Una vez suscripto el cien por ciento se comienza con el avance, y los propietarios-inversores empiezan con el cronograma de pagos conformado por un anticipo y cuotas, que varían entre 36 y 48.
Al tratarse de un sistema al valor, o séa, que los distintos causantes del avance ingresan al valor del valor de la creación en ese instante. Hoy, con el mercado de lotes más balanceado y mucha oferta, quien entra a un loteo al valor por medio de un fideicomiso lo realiza más pensando en crear su casa y mudarse, que en invertir y crear una renta. De esta forma, el fideicomiso es un enorme instrumento para adquirir el primer lote en 36 o más cuotas.
“Fideicomiso y sociedad anónima: las claves”